AQUÍ TAMBIÉN HAY JINETEROS

Mi cuarta cita para encontrar piso, era con un chico llamado Baddi, por el que sólo había hablado por teléfono. Quedamos en el McDonald´s the Cuypmarkt a las 2. El susodicho apareció a las tres de la tarde, mientras mi madre y yo comíamos en las terrazas de un tailandés, montado en una bici y sin acercarse demasiado. Preguntó si éramos las españolas y se fue a hablar por teléfono. Yo tuve que hacercarme a él después para preguntarle si ívamos a ver las habitaciones que me había prometido. Este hombre tenía una apariencia, verdaderamente sospechosa y su forma de hablar y actuar, me hacían desconfiar de sus intenciones. Este hombre es un mediador entre los propietarios de los apartamentos y las débiles presas extranjeras que buscan una habitación. A cambio, él se lleva una comisión de la mitad de la mensualidad del primer mes. Un jinetero vaya. Gente sucia de esta que hay por todas partes, mayor concentración en la isla de Cuba.
Finalmente decidí fiarme de mis instintos y le dije que se fuera por donde había venido.