09 enero 2011

¿Qué tal en Holanda?

Esta mañana me he despertado, no con ganas de despertarme, ni siquiera de vivir, pero sí de escribir. Así que voy a realizar unos deberes que tenía ya pendientes desde hace más de un año.
Evidentemente sería imposible resumir todo este año en una pequeña entrada en el blog. Además sé que la paciencia de los internautas es limitada...
Dividiré mis experiencias en varios apartados para que sea más ameno.
Empezaré con mi estancia en Holanda, algo que sorprende y provoca curiosidad en la mayoría de las personas. Conocidos y amigos a mi vuelta hacen la típica pregunta: ¿Qué tal en Holanda?
No entiendo porque la gente piensa que una experiencia individual tan larga puede resumirse en una palabra: bien o mal. Si su interés es saciar rapidamente su curiosidad, yo respondo: bien y mal.
¡Por supuesto que hubo de todo! Además que mi naturaleza atrae sobremanera los sucesos de ficción, Ámsterdam es una ciudad con una magia especial y una concentración de gente muy variopinta que favorecen los acontecimientos surrealistas.
A pesar de que volví de los Paises Bajos por voluntad propia, puedo decir que BIEN. En general me fue muy bien. Viví momentos increibles, aparte de avanzar en mi continua búsqueda de respuestas. Me desarrollé profesional, personal, musical y socialmente.
Cada uno de estos apartados, me llevaría un libro, que intentaré resumir aquí.
Con esta entrada, sólo pretendo animaros a que incrementeis vuestra sensibilidad con los migrantes o viajeros y no hagais esta pregunta a una persona que pase más de una semana en un lugar diferente, porque las horas, los días, están llenos de sensaciones, casualidades, complicaciones, interacciones, energía.......imposible de comprimir en una sola palabra.